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José Benito Ruiz

 

 

COMENTARIO

La reserva natural de Campanarios de Azaba de la Fundación Hombre y Naturaleza fue todo un descubrimiento. Pronto hicimos desde Aefona un convenio de colaboración para que nuestros asociados pudieran fotografiar a precios especiales y contribuir a la conservación del enclave.

En el año 2013 iba muy a menudo a fotografiar a los hides y decidimos hacer algunos nuevos y modificar los existentes para poder fotografiar con mayor garantía de resultados evitando al máximo las molestias a la fauna mediante el uso de cristal espía y la elección de fondos y posaderos. En esa época tenía una escuela de fotografía en la pedanía de Cambroncino, en las Hurdes cacereñas a una hora de conducción de la reserva y acudía a menudo tanto con estudiantes como en solitario.

 

 

LA TÉCNICA

En estos hides se mantiene una buena distancia de trabajo a la fauna y se requiere del uso de teleobjetivos de focales moderadas a largas. En esta ocasión me decidí por encuadrar un posadero y esperar a que un ave lo utilizara. Encuadré con el 400 mm sobre trípode y rótula Gymbal de Wimberley, bloqueé su posición y coloqué el cable disparador para poder estar más atento al entorno.

Ajusté la captura en ráfaga de 10 fotos por segundo para luego elegir la mejor posición de las alas del ave. El resto es atención y ante la duda, se activa la cámara y se acciona el disparador. Mediante la función de visión directa (live view) enfoco el tronco mediante la lupa y se deja preenfocado en espera de que el ave ocupe la parte superior del encuadre.

Valor de exposición: Ajuste manual de la exposición ISO 3.200 – f/5,6 – 1/6.400 seg.

Temperatura de color: Ajuste manual a 5.600 kelvin, un balance bastante neutro, ya que el ave y el posadero ya tienen un color cálido.

Equipo: Cámara Canon Eos 1 Dx. 400 mm f/2,8. Trípode Manfrotto 055C con cabezal Gymbal Wimberley hidrostático.

 

 

LA COMPOSICIÓN

Al ser una imagen con un encuadre preestablecido en espera de que el sujeto aparezca y ocupe el espacio reservado para él, simplemente se prevee su tamaño y pose para reservar un lugar que lo aloje.

Asumimos que posiblemente sean necesarios varios intentos para obtener un resultado deseado, así que elegimos un momento de escasa acción en otros posaderos y apostamos por este. Cuando detectamos la posibilidad de aterrizaje accionamos la captación de imágenes en secuencia para poder elegir la pose del ave que más nos guste.